A lo largo de las anteriores entradas hemos ido reflexionando sobre diferentes aspectos, personas o temas relacionados con la literatura. Esta misma, la literatura, supone una gran pasión para muchas personas, una fuente de inspiración, una forma de crear mundos paralelos y de provocar miles de emociones distintas en aquellos que aman lo que leen.
Es bien sabido que los gustos de las personas son infinitos, y las pasiones también. En mi caso mi pasión más grande tiene mucho que ver con el fútbol, y en especial con el Real Madrid. Entiendo que es muy posible que suene a tópico y a típico, puede parecer algo superfluo, sin importancia o incluso exagerado; sin embargo, puedo aseguraros que gracias a esa pasión desmedida he sentido las miles de emociones que son capaces de sentir los fervorosos lectores.
La mejor muestra de que una persona está creciendo es su capacidad para contar historietas, y hoy, a mis 20 años, empiezo a sentirme un poco abuela cebolleta. Pero al mismo tiempo me hace ilusión poder compartir con vosotros aquel momento. Me refiero al momento en el que me regalaron mi primera camiseta del Real Madrid. Yo tenía 10 años, la camiseta era blanca inmaculada con su escudo perfectamente bordado al lado izquierdo del pecho, donde ayuda al corazón a latir con fuerza. Y por detrás...por detrás llevaba ese nombre y ese número, por detrás llevaba un símbolo, una leyenda; por detrás ponía Raúl y debajo había un 7. Pero las emociones no acababan ahí, no sólo es que tuviera la camiseta de mi gran ídolo, sino que en el pecho rezaba: "Para mi amiga Alba, un abrazo" y su garabato. ¡Me había dedicado la camiseta!
Entiendo que quizás penséis que estoy exagerando, pero me gustaría enseñaros las fotos de aquel día. Creo realmente que la expresión "una sonrisa de oreja a oreja" salió directamente de mi cara y se expandió por los pueblos de España con el nombre de "dicho popular".
Pero no quiero que mis amigos los apasionados por la lectura penséis que ser del Madrid solo supone felicidad. ¿Sabéis ese momento en el que estáis ejerciendo de lector cómplice, con toda vuestra buena fe, y veis que los personajes evolucionan, cambian e incluso se encaminan a conseguir sus objetivos, y de repente, sin más, mueren? Y entonces os preguntáis ¿ya? no puede haber muerto, su historia no ha terminado, necesito saber más de él. Pues bien, ahora imaginaos esa sensación durante doce libros seguidos. Podría incluso llegar a parecer una broma de mal gusto de alguien que quiere robarte páginas de tu historia. Ahora que os he puesto en situación, os explico que esa fue mi sensación al ver a mi equipo caer, caer y caer durante doce años seguidos en la Champions League. El Real Madrid, el equipo con más títulos en esta competición, el Rey de Europa cayendo durante doce largos años sin piedad frente a rivales de todo tipo en cuartos, en semis, ¡incluso en octavos! La desesperación, la rabia y la impotencia que sentíamos los madridistas año tras año no tenía descripción alguna. Las preguntas se sucedían en nuestras cabezas y las respuestas nunca llegaban. Pero como siempre, después de la tormenta llega la calma. Y al duodécimo año amaneció. ¿Qué cómo fue este amanecer? Mañana os lo cuento, pero os aseguro que las pasiones nunca decepcionan. Espero veros en unas horas mostrando vuestra pasión por la lectura. Espero veros al amanecer.
Alba Ruiz.
Es bien sabido que los gustos de las personas son infinitos, y las pasiones también. En mi caso mi pasión más grande tiene mucho que ver con el fútbol, y en especial con el Real Madrid. Entiendo que es muy posible que suene a tópico y a típico, puede parecer algo superfluo, sin importancia o incluso exagerado; sin embargo, puedo aseguraros que gracias a esa pasión desmedida he sentido las miles de emociones que son capaces de sentir los fervorosos lectores.
La mejor muestra de que una persona está creciendo es su capacidad para contar historietas, y hoy, a mis 20 años, empiezo a sentirme un poco abuela cebolleta. Pero al mismo tiempo me hace ilusión poder compartir con vosotros aquel momento. Me refiero al momento en el que me regalaron mi primera camiseta del Real Madrid. Yo tenía 10 años, la camiseta era blanca inmaculada con su escudo perfectamente bordado al lado izquierdo del pecho, donde ayuda al corazón a latir con fuerza. Y por detrás...por detrás llevaba ese nombre y ese número, por detrás llevaba un símbolo, una leyenda; por detrás ponía Raúl y debajo había un 7. Pero las emociones no acababan ahí, no sólo es que tuviera la camiseta de mi gran ídolo, sino que en el pecho rezaba: "Para mi amiga Alba, un abrazo" y su garabato. ¡Me había dedicado la camiseta!
Entiendo que quizás penséis que estoy exagerando, pero me gustaría enseñaros las fotos de aquel día. Creo realmente que la expresión "una sonrisa de oreja a oreja" salió directamente de mi cara y se expandió por los pueblos de España con el nombre de "dicho popular".
Pero no quiero que mis amigos los apasionados por la lectura penséis que ser del Madrid solo supone felicidad. ¿Sabéis ese momento en el que estáis ejerciendo de lector cómplice, con toda vuestra buena fe, y veis que los personajes evolucionan, cambian e incluso se encaminan a conseguir sus objetivos, y de repente, sin más, mueren? Y entonces os preguntáis ¿ya? no puede haber muerto, su historia no ha terminado, necesito saber más de él. Pues bien, ahora imaginaos esa sensación durante doce libros seguidos. Podría incluso llegar a parecer una broma de mal gusto de alguien que quiere robarte páginas de tu historia. Ahora que os he puesto en situación, os explico que esa fue mi sensación al ver a mi equipo caer, caer y caer durante doce años seguidos en la Champions League. El Real Madrid, el equipo con más títulos en esta competición, el Rey de Europa cayendo durante doce largos años sin piedad frente a rivales de todo tipo en cuartos, en semis, ¡incluso en octavos! La desesperación, la rabia y la impotencia que sentíamos los madridistas año tras año no tenía descripción alguna. Las preguntas se sucedían en nuestras cabezas y las respuestas nunca llegaban. Pero como siempre, después de la tormenta llega la calma. Y al duodécimo año amaneció. ¿Qué cómo fue este amanecer? Mañana os lo cuento, pero os aseguro que las pasiones nunca decepcionan. Espero veros en unas horas mostrando vuestra pasión por la lectura. Espero veros al amanecer.
Alba Ruiz.