Puede que resulte extraño comenzar mi andadura en un blog, lugar de expresión y discusión de ideas por excelencia, con un silencio; pero dado que este mismo silencio es el primer tema a tratar en este espacio, es probable que recobre su sentido.
Hablábamos el otro día de James Joyce y el siglo XIX, y destacábamos la importancia del silencio, con un uso tanto retórico, como de sabiduría desnuda y minimalista. Al mismo tiempo analizábamos el silencio de los propios pensamientos, los cuales son acallados por nosotros mismos, muchas veces en señal de falsedad o propia desconfianza.
Pues bien, esta pequeña introducción al tema "silencio", me hacía pensar cuánto ha cambiado la situación a lo largo de estos dos siglos. Me explico: bajo mi punto de vista la sociedad actual bien puede considerarse todo lo contrario al "hablar menos para decir más", en realidad, se asemeja bastante más al "hablar más sin importar lo que se diga" o incluso al "opinar sobre todo sin conocer realmente nada". Es bastante probable que las redes sociales hayan ayudado a propagar esta idea de conocimiento absoluto y manejo de todos los temas, y también es bastante probable que la disponibilidad de tanta información a un solo click nos haya hecho confiar en la soberanía absoluta de lo que Internet nos muestra. Pero todo esto era una simple reflexión que en absoluto quiero que se convierta en una crítica a las redes sociales, las cuales, por supuesto, tienen muchas más ventajas que defectos; pero que, como todo en esta vida, tienen limitaciones y defectos.
Por otro lado, me gustaría destacar la enorme relevancia del concepto "silencio". Y nombrando esto se me viene a la memoria el grandioso director de cine David Lynch y su Mulholland Drive . Existe un punto de inflexión en este largometraje que se corresponde con la escena del pub "Silencio". Quisiera centrarme en este momento, y en la importancia que tiene el nombre del club; ya que en ese punto exacto es cuando la protagonista de la película comienza a comprender y a desvelar los secretos que su propia mente le había estado escondiendo.
Como podemos ver, el silencio, concepto que podría parecer una simple ausencia de palabras, puede crear a su alrededor una enorme expectación e incluso una gran cantidad de estudios y obras tanto literarias como cinematográficas. Esto, para mí, es una demostración de la gran importancia de los pequeños detalles, del papel tan relevante que pueden jugar, y de la facilidad que ostentan para modificar al completo el significado de un diálogo o evento dentro de una obra y de la propia vida real.
Tras esta reflexión, me gustaría quedarme con un concepto que considero esencial: el silencio como arma de comprensión, el silencio como muestra de sabiduría, el silencio como contraposición absoluta a la palabrería.
Alba Ruiz.